DEL SOL INVICTO AL VERDADERO SOL DE JUSTICIA

La palabra Navidad viene del latín nativitas. El 25 de diciembre se celebraba en Roma el "natalis Invicti", coincidiendo con el solsticio de invierno (hoy desplazado al día 21). Conocemos esta fiesta gracias al Cronógrafo del 354 de Filocalo, un calendario que señala las fiestas de Roma. Ese día se celebraban 30 carreras en el Circo Máximo y, aunque no explicita el dios, la fecha sugiere sin dudas al dios Sol.

El término "natalis" en Roma no era solo un nacimiento biológico, sino que conmemoraba la dedicación de un templo o el inicio de un culto. Tradicionalmente se asocia el 25/12 con la consagración del templo a Sol por el emperador Aureliano en el 274, aunque ninguna fuente antigua confirma que fuese exactamente ese día.

Reinando Constantino el Grande, la iglesia propuso que el 25 de diciembre se celebrara el nacimiento del Salvador por su coincidencia con la celebración romana del Sol Invictus.

En todo caso, en el año 345 d.c. el día 25 era fiesta de Navidad en Occidente.En Oriente, sin embargo, la celebran el 6 de enero, pero la influencia de San Juan Crisóstomo, padre de la Iglesia de Oriente y patriarca de de Alejandría, y de San Gregorio Nacianzeno, el teólogo, amigo de San Basilio, consiguió que adoptaran el 25 de diciembre.

La elección del 25 de diciembre responde al gran simbolismo del solsticio: igual que el Sol "renacía" en esa fecha, los cristianos marcaron el nacimiento de Cristo como el "verdadero Sol de Justicia" que ilumina el mundo. Agustín de Hipona y otros autores del s. IV establecen este paralelismo cósmico explícitamente: Juan el Bautista nace en el solsticio de verano (cuando los días decrecen) y Jesús en el de invierno (cuando la luz empieza a crecer).

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