JOAQUÍN DE FIORE: EN POS DEL MILENIO

1- El personaje:
Joaquín nació alrededor de 1130 en Calabria.

Fue monje cisterciense, pero sus visiones y su fuerte reclamo de reforma espiritual lo llevaron a fundar su propia comunidad, la Congregación Florense, buscando una vida monástica austera.

Murió en 1202, considerado santo por muchos de sus seguidores, aunque nunca canonizado.

2. Su idea central: la historia en tres edades

Joaquín elaboró una visión trinitaria de la historia, una especie de “teología de la historia” avant la lettre. Para él, la historia humana se divide en tres edades, correspondientes a las tres Personas de la Trinidad:

-Edad del Padre:

Identificada con el Antiguo Testamento.

Tiempo de la Ley, del temor reverencial, de obediencia exterior.

-Edad del Hijo:

La época inaugurada por Cristo y continuada por la Iglesia.

Basada en la gracia, los sacramentos y la estructura jerárquica eclesial.

Para Joaquín, esta edad está llegando a su fin.

-Edad del Espíritu Santo:

El punto más original (y problemático) de su teología.

Según él, habría de comenzar alrededor del 1260.

Sería una edad de libertad interior, contemplación pura, comprensión directa de las Escrituras.

La Iglesia jerárquica sería superada por una comunidad espiritual renovada (no abolida totalmente, pero sí transformada).

Esta visión era profundamente apocalíptica y optimista a la vez: la historia no termina en decadencia, sino en una plenitud espiritual.

3. Su hermenéutica: la concordia

Joaquín desarrolló una forma de leer la Escritura que buscaba correspondencias profundas entre:

el Antiguo y el Nuevo Testamento,

la historia de Israel y la historia de la Iglesia.

A esto lo llamó “concordia”: una armonía providencial entre ambos Testamentos que anticipa el rumbo de la historia.

4. Por qué fue polémico

Su visión de la Edad del Espíritu parecía relativizar la autoridad de la Iglesia.

Algunos seguidores radicales, llamados joaquinistas, predicaban el fin inminente de la jerarquía eclesial.

Esto llevó a que en el IV Concilio de Letrán (1215) se condenaran algunos aspectos de su doctrina, especialmente su crítica al concepto tradicional de Trinidad tal como lo había expresado Pedro Lombardo.

Pero atención: él mismo no fue condenado como hereje, y muchas de sus ideas quedaron en una zona gris.

5. Su influencia posterior

La huella de Joaquín de Fiore es inmensa:

Franciscanos espirituales: vieron en él un profeta de su ideal de pobreza radical.

Movimientos apocalípticos medievales: muchos se inspiraron directa o indirectamente en él.

Dante lo coloca en el Paraíso de la Divina Comedia (canto XII), como un alma luminosa.

¿Se puede catalogar como "milenarista" la postura de Joaquín?

Joaquín no habla de un reino terrenal milenario en sentido literal.
Lo que él propone es una edad espiritual, no un reino político ni una sociedad materialmente perfecta.

La Edad del Espíritu Santo:

no tiene duración de mil años ni un número fijo,

no es un reinado físico de Cristo,

no implica desaparición del mundo ni de la Iglesia, sino transformación interior,

es más contemplativa que institucional.

Por eso, técnicamente, no es milenarismo literal. Sí se puede decir que su visión es una forma de milenarismo espiritual o simbólico, no literal.

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