La teología apofática, también llamada teología negativa, es una corriente del pensamiento teológico que sostiene que Dios es absolutamente trascendente y, por tanto, no puede ser conocido ni descrito adecuadamente con palabras humanas.
En lugar de afirmar lo que Dios es, la teología apofática se centra en negar lo que Dios no es. Por ejemplo:
No podemos decir que Dios es “bueno” en el mismo sentido en que una persona es buena, porque eso limitaría su ser.
En cambio, decimos que Dios no es malo, o que su bondad es más allá de toda comprensión.
Esta vía negativa busca proteger el misterio divino frente a cualquier intento humano de reducirlo o definirlo según categorías limitadas.
Origen y desarrollo:
Tiene raíces antiguas en la filosofía neoplatónica, sobre todo en Plotino, quien hablaba del “Uno” como una realidad más allá de todo ser y pensamiento.
En el cristianismo, fue desarrollada especialmente por Pseudo-Dionisio Areopagita (siglo VI), quien distinguía entre la vía afirmativa (catáfática) —que dice lo que Dios es, usando imágenes y nombres— y la vía negativa (apofática) —que reconoce que toda afirmación sobre Dios es insuficiente.
También influyó en Gregorio de Nisa, Máximo el Confesor, y más tarde en san Juan de la Cruz, quien expresaba que el conocimiento más alto de Dios es “no saber sabiendo”.
En resumen:
La teología apofática enseña que:
-Dios trasciende todo concepto y lenguaje.
-La verdadera unión con Dios implica silencio, contemplación y despojo intelectual.
Comentarios
Publicar un comentario