DÍDIMO, SIN LUZ EN LOS OJOS PERO PLENAMENTE ILUMINADO EN EL ALMA

Didimo el Ciego (Δίδυμος ὁ Τυφλός) fue una de las figuras más singulares de la escuela alejandrina.

Vida

Nacimiento y muerte: Nació en Alejandría hacia el 313 y murió aproximadamente en el 398.

Ceguera: Quedó ciego a los 4 años, pero desarrolló una memoria prodigiosa y un método propio para aprender, valiéndose de la lectura táctil en tablillas (algo que varios autores ven como un antecedente remoto del braille).

Maestro: No tuvo grandes maestros humanos, pero fue profundamente autodidacta, con gran dominio de la Escritura y la filosofía griega.

Discípulos célebres: Entre ellos se cuentan san Jerónimo y Rufino de Aquilea.

Obra y pensamiento

Didimo fue considerado el último gran representante de la Escuela catequética de Alejandría, heredera de Clemente y Orígenes.

Escritos: Se conservan pocos textos completos, pero sí fragmentos y citas. Entre lo más importante:

Tratado sobre la Trinidad (defiende la plena divinidad del Hijo y del Espíritu Santo).

Comentarios bíblicos (sobre los Salmos, Zacarías, Job, etc.).

Fragmentos en defensa de la fe contra los arrianos y los maniqueos.

Cristología y pneumatología: Fue un fuerte opositor al arrianismo. Sostuvo la consustancialidad del Hijo con el Padre y del Espíritu con ambos. Contribuyó a que el Concilio de Constantinopla I (381) proclamara la divinidad del Espíritu Santo.

Método exegético: Como buen alejandrino, usó fuertemente la interpretación alegórica, heredada de Orígenes, aunque con más cautela.

Controversia y condena

Aunque fue un defensor de la ortodoxia nicena, en el siglo VI fue condenado póstumamente, junto con Orígenes y Evagrio, en el Segundo Concilio de Constantinopla (553), acusado de sostener doctrinas origenistas como la preexistencia de las almas y la apocatástasis (restauración final universal).

Esto hizo que gran parte de sus escritos fueran olvidados o destruidos. Solo gracias a hallazgos en manuscritos (como en Tura, Egipto, en 1941) se pudieron recuperar textos auténticos suyos.

Valor patrístico

Fue un gran sistematizador de la teología alejandrina en el siglo IV.

Es recordado como un teólogo ciego pero iluminado por la fe, modelo de cómo la discapacidad no impidió una obra intelectual inmensa.

Aunque sospechado por origenismo, su Trinitaria y pneumatología tuvieron gran peso en la formulación dogmática posterior.

Comentarios