ALGUNOS APUNTES SOBRE EL AGUSTINISMO

El agustinismo es la corriente filosófico-teológica que se origina en el pensamiento de San Agustín de Hipona (354–430) y que marcó profundamente la Edad Media.

Fundamentos filosóficos

Platonismo cristianizado: Agustín asimila categorías del platonismo y del neoplatonismo (en especial de Plotino), poniéndolas al servicio de la fe cristiana.

Interioridad: El conocimiento de la verdad pasa por la experiencia interior: “Noli foras ire, in te ipsum redi. In interiore homine habitat veritas”. La verdad no se descubre en lo exterior, sino en el alma iluminada por Dios.

Iluminación divina: El ser humano conoce con certeza porque la mente es iluminada por Dios, fuente de toda verdad. Esta teoría de la iluminación será central en el agustinismo medieval.

Temporalidad: El tiempo no es absoluto, sino una distensión del alma entre memoria, atención y expectación. 

Antropología

Unidad de cuerpo y alma, pero con primacía del alma como sede de la verdad y de la relación con Dios.

Libertad y gracia: La voluntad humana está herida por el pecado original. El hombre puede elegir, pero necesita la gracia divina para obrar el bien y alcanzar la salvación.

Inquietud existencial: El hombre es un ser marcado por la búsqueda, expresado en la famosa frase: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.

Teología

Dios: Ser supremo, trascendente y fundamento de toda verdad y bondad. La teología agustiniana se centra en la interioridad y en la experiencia de Dios como presencia íntima.

Trinidad: Agustín desarrolla analogías psicológicas (memoria, entendimiento y voluntad) para explicar el misterio trinitario.

Pecado y gracia: Su lucha contra el pelagianismo lo lleva a subrayar la absoluta necesidad de la gracia para la salvación.

Historia: La obra La ciudad de Dios formula una visión providencialista de la historia: la lucha entre la civitas Dei y la civitas terrena, orientada al triunfo final de Dios.

El agustinismo medieval

Tras la muerte de Agustín, su pensamiento se convierte en una de las fuentes fundamentales de la teología medieval:

En el siglo VI–XII, domina el horizonte intelectual de Occidente (Escuela de San Víctor, Anselmo de Canterbury).

El agustinismo del siglo XIII se enfrenta al aristotelismo de Santo Tomás de Aquino. Los agustinianos (Buenaventura, Enrique de Gante) mantienen la teoría de la iluminación, la primacía de la voluntad sobre el entendimiento y una fuerte dependencia de la gracia.

El agustinismo político influyó en concepciones medievales sobre el poder, la ley y la Iglesia.

Legado

El agustinismo no es sólo una escuela medieval, sino una corriente viva:

En la mística renacentista y barroca (Juan de la Cruz, Pascal).

En la modernidad (Descartes retoma la interioridad agustiniana; Kierkegaard la inquietud existencial).

En el siglo XX, filósofos como Hannah Arendt y teólogos como Joseph Ratzinger lo consideran una raíz permanente de la cultura occidental.

EN LA IMAGEN: San Agustín por Rizi, Francisco, 1665
En pie, con ropas episcopales, alza la cabeza al cielo. En la mano derecha lleva un corazón en llamas y con la izquierda sostiene el báculo. A los pies, unos libros. Este San Agustín responde a la iconografía tradicional con ropas episcopales, mitra y báculo, y el ardiente corazón en llamas sostenido con la mano derecha. A sus pies, sus libros, que aluden a su condición de escritor y doctor de la Iglesia.

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