Meister Eckhart (c. 1260 – c. 1328) fue un teólogo, filósofo y místico alemán, uno de los grandes representantes de la mística renana en la Edad Media. Perteneció a la Orden de Predicadores (dominicos) y enseñó en universidades importantes como París y Colonia. Su pensamiento, profundamente espiritual y audaz, influyó en figuras posteriores como Juan Taulero, Enrique Suso, Nicolás de Cusa, etc.
Algunas de sus ideas principales:
1. Dios como "Uno" más allá del ser:
Para Eckhart, Dios es más que un ser supremo: es el fundamento absoluto del ser, incluso más allá del ser y del conocimiento. Lo llama el "Dios sin nombre", aludiendo a su incognoscibilidad.
2. Nacimiento de Dios en el alma:
Una de sus ideas más impactantes: Dios "nace" en el alma del ser humano cuando ésta se vacía de todo ego y de todo lo creado. Esta es una experiencia de unión mística con Dios.
3. El desapego radical (Abgeschiedenheit):
Enseña que el alma debe vaciarse completamente, incluso de sus deseos por Dios o la salvación. Este desapego es el camino a la verdadera unión con Dios.
PROBLEMAS: La experiencia de DIOS de los místicos es inefable, y prácticamente imposible de expresar con un lenguaje humano preciso, por eso muchas veces fue sospechado de herejía. Pero nunca fue condenado.
Escribe una autora que estudió al personaje:
"El regalo de la vida de Dios lo llevamos en la fragilidad de nuestra humanidad. Eckhart, llama a ese tesoro una chispa, una pequeña luz, un pedacito del cielo de Dios, o como él lo llama 'Ciudadela del alma'. Nos dice:
'Hay en el alma un poder que en sí mismo es libre, una pequeña chispa... libre de todo nombre y vacía de todas las formas... Ahí, Dios florece eternamente, y es siempre verde en su divinidad'.
Y en otra parte añade:
'Hay un poder en el alma que se une con Dios: es la chispa'.
La palabra alma para Eckhart representa a ese espacio (corazón, centro) del ser humano destinado a vivir siempre en
comunión con Dios. La chispa es la presencia de Dios que habita en el alma. Podríamos llamarla también la presencia del Espíritu Divino, ese soplo del aliento de Dios que recibimos al ser creados, esta chispa divina se hace presente desde nuestra concepción como ser humano." (NORMA NOVOA, "Enseñanzas de Meister Eckhart")
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