EL BAJO MEDIOEVO

Se suele denominar Baja Edad Media al momento de mayor plenitud de las realizaciones culturales de este período. Abarca de los siglos XI al XIV. Algunas de las características de este tiempo son:

-Cultura teocéntrica, abierta al Misterio Trinitario;
-Religiosidad cristocétrica: Cristo, Dios y Hombre; profundización en el misterio de la Encarnación, de la infancia, de la vida pública, de la Pasión de Jesús; su presencia en la Eucaristía;
-Piedad mariana manifestada en devociones como el Rosario;
-Centralidad de la Iglesia;
-Profunda vivencia litúrgica;
-Orientación sapiencial de la cultura;
-Apertura al Misterio y a lo maravilloso;
-Presencia desbordante de signos y símbolos;
-Comunicación de la cultura a partir de la contemplación, la audición y la lectura;
-La Palabra y la imagen ocupaban un lugar central;
-El platonismo y el aristotelismo tuvieron una gran importancia.

A partir del siglo XIII se difunden nuevas formas de consagradas y laicales de vida religiosa: Órdenes mendicantes, terceras órdenes, cofradías, begardos, beguinas...

Paralelamente surgían nuevas formas de vivir la vida religiosa... Paralelamente surgían desviaciones heterodoxas que plantearon serios problemas al orden establecido.

Entre las nuevas órdenes mendicantes podemos mencionar a la familia franciscana. Una gran representante de la espiritualidad franciscana fue Ángela de Foligno. Dejamos algunas líneas sobre esta figura histórica:

"Ángela había nacido alrededor del año 1248 en la localidad italiana de Foligno, en la región de Umbría. Perdió a su padre a una edad temprana y su madre la colmó de atenciones y cosas superfluas. Cuando tenía veinte años se casó y formó una amplia familia. Ángela era católica pero su práctica del catolicismo era superficial. Durante años buscó sin encontrar el sentido a su existencia hasta que en 1285 tuvo una visión en la que San Francisco la invitó a confesarse para redirigir su vida. Así lo hizo, guiada por un pariente suyo, un monje llamado fray Arnaldo.
   «Invocaba a todos los Santos y a la bienaventurada Virgen María que intercedieran por mí, y suplicaran al Amor, que tantos bienes me había dado, para que, sabiéndome yo muerta, me devolvieran a la vida». 
   Poco a poco, Ángela se fue desprendiendo de sus posesiones, sus joyas, lujosos vestidos, propiedades, ante la atónita mirada de los que la conocían. En aquel proceso de conversión, en un breve periodo de tiempo, perdió a sus seres queridos, lo que la impulsó aún con más fuerza a convertirse en monja de la orden Terciana en 1291 y, como relata fray Arnaldo, “cortó los lazos del mundo y ascendió hasta la cumbre de la perfección evangélica”.
   «Debía renunciar a todo bien material y a todo hombre y mujer, a todo amigo y pariente, y a cualquier otro; debía renunciar a mi fortuna y a mí misma; debía dar mi corazón a Cristo, que me había concedido estos beneficios, y debía ponerme en marcha por el espinoso camino de la tribulación». 
   Desde entonces, y hasta su muerte, Ángela siguió experimentando visiones y experiencias místicas que relató a su fraile confesor. Fray Arnaldo recopiló las palabras de Ángela en un libro que pronto se convirtió en un referente teológico. Su obra, El libro de la vida o Libro de la experiencia, se difundió rápidamente por la Europa del siglo XIV y fue traducido a varios idiomas, entre ellos el castellano, cuya traducción fue impulsada a principios del siglo XVI por el Cardenal Cisneros.
  «Comencé a sentir esa cruz y ese amor profundamente, en el alma, y esa cruz la experimentaba corporalmente, y sintiéndola, mi alma se derretía en el amor de Dios». 
  Ángela de Foligno congregó a su alrededor un amplio número de hijos espirituales que escucharon con devoción sus palabras acerca de la Pasión de Cristo, episodio de la historia sagrada que influyó intensamente en las visiones de la futura santa...
   Ángela de Foligno falleció el 4 de enero de 1309 rodeada de sus hijos espirituales. Poco después de su muerte empezó a ser venerada como santa por el pueblo de manera espontánea. En 1547 fue nombrada santa por la Tercera Orden de San Francisco e Inocencio XII, un siglo y medio después, aprobó su culto en la orden como beata. Culto que Clemente XI extendió a toda la iglesia hasta que el papa Francisco la proclamó santa el 9 de octubre de 2013." (https://es.aleteia.org/2019/12/14/santa-angela-de-foligno-la-dama-rica-que-abandono-el-mundo-para-seguir-a-jesus/)

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