Se percibe cierta diferencia teológica entre el Occidente y el Oriente. Por razones históricas, Roma y las Iglesias estrechamente unidas a ella (Galia, España, Africa del Norte) se desarrollan con relativa independencia respecto a las Iglesias de Oriente. Esto se refleja en las distintas profesiones de fe, en las celebraciones litúrgicas y en la actitud doctrinal.
Los teólogos orientales se muestran más audaces e inclinados a la especulación; en cambio los latinos se dedican más a la exposición de la Regla de la Fe. Estos reflejan cierta hostilidad hacia la filosofía y limitan la teología a una simple presentación de las doctrinas contenidas en la Sagrada Escritura. Están de acuerdo con que los simples fieles" se contenten con la Regla de la Fe. Se establece así una distinción entre la razón y la fe, en el sentido de una indiscutible superioridad de ésta sobre aquélla. Surge, en consecuencia, cierto personalismo, acentuando la autoridad personal en lo referente a la transmisión de la enseñanza de la doctrina cristiana.
Los orientales acentúan más el aspecto mistérico, buscando, a partir de la Escritura y de la Tradición, el sentido profundo del misterio de Dios, de su universo y de su designio de salvación. Este sentido deberá conducir normalmente a la contemplación y al éxtasis. De acuerdo con esto, los orientales establecen entre los cristianos una diferencia entre los "simples creyentes", con tendencia a despreciarlos, y los "espirituales" o "gnósticos" o "perfectos", que consideran especialmente privilegiados por Dios...
En estos dos primeros siglos, se distinguen tres períodos. Antes del año 125, la literatura cristiana se desarrolla dentro de la misma Iglesia. Los autores, poco numerosos, tienen en vista la edificación y la instrucción recíproca. Es el ágape en acción, al interior de la comunidad.
En el año 125 tiene lugar la transformación y expansión más considerable de la Iglesia; la efervescencia y nacimiento de las "sectas", los ataques por parte de judíos y paganos, y la reacción cristiana. Las apologías se multiplican, la teología se elabora. Es la apertura ad extra de la literatura cristiana. En los últimos años del siglo II, hacia el año 190, una pléyade de grandes espíritus lleva este esfuerzo al máximo. Es la plena expansión de la literatura cristiana ante-nicena. Resumiendo, tenemos:
1- Literatura de edificación mutua (96-125):
Padres apostólicos (como san Clemente de Roma, san Ignacio de Antoquía y san Policarpo...)
Escritos apócrifos (tales como el Evangelio de los Hebreos, el Evangelio de Tomé ...)
Actas de los mártires (los mártires de Lyon y de Viena ...)
2- Literatura cristiana "ad extra" (125-190):
Apologistas griegos (como san Justino ...)
Lucha contra el montanismo y el gnosticismo (san Ireneo de Lyon...)
Plena expansión de la literatura cristiana ante-nicena (190-325)
Escritores alejandrinos (Clemente y Orígenes)
Escritores africanos (Tertuliano y Cipriano).
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