LOS PADRES DE LA IGLESIA EN NEWMAN

"Hablar de Newman es hablar necesariamente de los Padres de la Iglesia. La vida creyente del joven Newman y su desarrollo como sacerdote anglicanos, teólogo y educador en Oxford, que llegaría a convertirse a la Iglesia Católica, estuvo siempre acompañada por las grandes figuras de la Iglesia primitiva que llamamos Santos Padres.
   Él mismo nos lo dice en la Apologia pro vita sus, la historia de sus ideas religiosas hasta la conversión. A los quince años, en ese verano de 1816 -que Newman recuerda como el momento de una profunda conversión a Dios- leyó, entre otros libros, la Historia de la Iglesia de Cristo de Joseph Milner. Allí encontró la descripción de la Iglesia primitiva de los Padres, que siempre recordaría. Así lo dejó expresado: 'Poco me costó enamorarme de los largos extractos de San Agustín, San Ambrosio y otros Padres que allí encontré'. Y también: 'Debo decir que la visión de los Padres fue siempre para mi imaginación un paraíso de deleite para la contemplación, al que yo dirigía mis pensamientos de tanto en tanto, toda vez que me hallaba libre de los compromisos propios del tiempo de mi vida.'...
... Cuando Newman deja el evangelismo de su primera juventud y pasa a la Iglesia Alta (Anglicana) descubre nuevamente a los Padres: 'retornó mi antigua devoción a los Padres, y comencé a leerlos cronológicamente, empezando por Ignacio y Justino'...
   Hubo entonces una segunda lectura de los Padres entre 1830 y 1832 con motivo de su estudio del Concilio de Noches y del arrianismo. Esta vez Newman reafirma la que sería en adelante la convicción más importante de su pensamiento sobre la Iglesia: 'la Antigüedad como verdadera fuente de las doctrinas de la Cristiandad y la base de la Iglesia... Siempre tenía ante los ojos que había algo más grande que la Iglesia establecida, y ello era la Iglesia católica y apostólica, instituida desde el principio...'
   Hay que señalar que el Movimiento de Oxford, que Newman lideró desde 1833, se inspiraba en la Iglesia antigua de los Padres." (FERNANDO MARÍA CAVALLER)

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