La Civilización Occidental es producto de la herencia de Grecia y de Roma, elevada al Orden sobrenatural por la acción del cristianismo. El encuentro fecundo de la cultura antigua clásica con la simiente aportada por la Iglesia de Cristo fue obra de eminentes figuras, algunas provenientes del ámbito civil e imperial y otras del mundo eclesial, aunque es difícil muchas veces establecer los límites entre el Imperio y la Iglesia, ya que el Imperio a partir del siglo IV se convierte a la Fe de Cristo, y los principales representantes del mundo cristiano son eminentes figuras identificadas con la herencia helénica y romana.
Entre los hombres de Estado podemos mencionar a Constantino, Teodosio y Justiniano; entre las figuras eclesiales ocupan un lugar relevante -entre tantísimos- Orígenes, Eusebio de Cesárea y San Agustín.
Transcribimos a continuación unas líneas de una obra que analiza la conformación de la Europa medieval:
"Los cristianos del Imperio de Oriente vieron el reino de Dios en la tierra como un símbolo del reino de los cielos.. El más grande de los Padres de Oriente, Orígenes de Cesárea, se había hecho notorio valiéndose de dichos fundamentos... Orígenes pertenecía a un grupo selecto cuyos trabajos enseñaron al cristianismo a ni tener la cultura pagana; pero había en él un germen de verdad. Otro natural de Cesárea, Eusebio, llevó al cristianismo de Orígenes un paso más allá en su empresa de fuerza social y política, en escritos que ejercieron una profunda influencia sobre los emperadores. El emperador romano era, para Eusebio, el Esperado, el David de la profecía cristiana, y su imperio, el reino mesiánico...
Orígenes y Eusebio hicieron posible que el emperador Constantino saludarse al Cristianismo...(como) al más afortunado de los cultos...
San Agustín, obispo de Hipona y cabeza de la Iglesia africana a principios del siglo V era el hijo y exponente de la tradición cristiana africana u occidental, siendo África (en esos siglos) intensamente romana...
San Agustín estaba dotado de una mente profunda y sutil, y habría resultado sorprendente que no hubiese reflexionado mucho alguna vez, sobre las teorías del gobierno, las funciones del Estado y el papel del individuo en la comunidad. Después de todo, era hijo de Roma. Por consiguiente, encontramos esparcidos a lo largo de sus voluminosos escritos, razonamientos sobre tales materias. Sin lugar a dudas, es posible así aislar y cotejar estos pasajes y reclamar para su autor el puesto de primer teorizador político de los tiempos modernos. Se puede ver en él al fundador consciente del Estado-Iglesia del Medioevo." (WALLACE-HADRILK, El Oeste bárbaro)
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