"En la mañana de la Epifanía del año 804, el papa León III llegó desde Roma para consagrar la nueva iglesia de Aquisgrán, la capilla Palatina. Las salas del palacio imperial estaban a rebosar: el alto clero, los príncipes del Imperio, con sus brillantes ropajes, Carlomagno vestido con su rico traje imperial. Una inmensa multitud se agolpaba en la plaza...
Aquisgrán, la ciudad que Carlomagno quiso convertir en capital de su Imperio y que adornó con magníficas construcciones, entre ellas la majestuosa capilla Palatina y el Aula Regia, el mayor edificio civil construido al norte de los Alpes desde hacía siglos...
Aquisgrán, la ciudad que Carlomagno quiso convertir en capital de su Imperio y que adornó con magníficas construcciones, entre ellas la majestuosa capilla Palatina y el Aula Regia, el mayor edificio civil construido al norte de los Alpes desde hacía siglos...
Aquisgrán se convirtió también en la capital intelectual del mundo carolingio. Empeñado en resucitar la cultura de la Antigüedad, Carlomagno cubrió de honores a los maestros y se convirtió por propia voluntad en un alumno aplicado de varios de ellos, como Alcuino de York, que le enseñó retórica, dialéctica y astronomía, o Paulino de Pisa, maestro de gramática. Estos dos sabios, junto a otros filósofos, educadores y escribas, habían formado la llamada Escuela Palatina..." (https://historia.nationalgeographic.com.es/a/aquisgran-nueva-capital-carlomagno_20072)
"'Adornó la hermosa basílica de Aix-la-Chapelle -explica Einhardo con entusiasmo- con lámparas de oro y plata, y con pasamanos y puertas de bronce macizo. Y la dotó de gran número de vasos y receptáculos de oro y plata, así como de finas vestiduras en tal profusión... Dedicó grandes esfuerzos a mejorar el canto, pues el rey destacaba en este arte, aunque nunca cantó en público, salvo en voz baja y a coro con sus cantores...
...su nuevo palacio contenía la biblioteca...(con) archivos de los que se ocupaban Ercambaldo y Einhardo, la pequeña gramática de Alcuino y copias de los escritos de los Padres de la Iglesia, entre las que se destacaba una CIUDAD DE DIOS encuadernada en plata con incrustaciones de piedras preciosas. Sobre un texto de Veda el Venerable, protegido en una caja de madera pulimentada adornada de esmaltes, descansaba un San Juan Crisóstomo en una funda de suave terciopelo con bordados de oro... Allí estaba Virgilio junto con Suetonio, el historiador de los Césares...
Carlomagno tenía siempre junto a su cama el delgado volumen que Alcuino había escrito para él. Le había pedido que fuera corto y práctico; que contuviera, abreviadas, las plegarias, los himnos y las jaculatorias adecuadas a cada fecha del calendario. Este breviario le acompañaba en sus viajes. (Y fue el primer breviario del que se tiene noticia)...
Desde hacía años, Carlomagno había adquirido la costumbre de hacer copiar los libros en el scriptorium de la escuela palatina, y Alcuino había hecho otro tanto empleando las hábiles manos de los monjes de Tours...
Es probable que ni el Emperador ni el maestro de York se dieran cuenta de con qué rapidez estaban estableciendo en el reino franco una especie de centro de supervivencia de los escritores clásicos y de los Padres de la Iglesia." (HAROLD LAMB, Carlomagno)
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