Más allá de todas las vicisitudes de su vida, podemos concluir que a lo largo de su actuación pública don Cornelio Saavedra se comportó como un verdadero Patriota y un buen cristiano, teniendo siempre en cuenta el Bien Común y no vanas ocurrencias ideológicas. Son justamente sentimientos cristianos los que brotan al fin a de las páginas que estamos analizando, escritas en 1829: “Muchos años ha que he perdonado a mis enemigos y perseguidores, porque así me lo manda la santa religión que profeso”. El Padre Cayetano Bruno se refiere al Testamento del Prócer, testigo de su la muerte cristiana:
“En nombre de Dios Todopoderoso y de María Santísima, Madre de Nuestro Señor Jesucristo (...)
Primeramente, que mi religión es la Católica Apostólica Romana, y que creo y confieso el misterio de la Santísima Trinidad, esto es, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero (...) Asimismo creo en la Encarnación del Hijo de Dios en las purísimas entrañas de María Santísima (...) Creo que el mismo Jesucristo dejó al apóstol San Pedro y sus legítimos sucesores por su vicario (...) Creo en el Santísimo Sacramento del Altar...”
Como conclusión de todo lo expresado podemos decir que don Cornelio fue:
Un hombre de estirpe,
Un caballero,
Un hombre ocupado, y preocupado, por la Cosa Pública y por el Bien Común,
Un hombre caído en desgracia a causa de las desviaciones de ideólogos inescrupulosos,
Un auténtico cristiano.
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