LA CATEDRAL MEDIEVAL, SÍMBOLO DE UNA CIVILIZACIÓN

 "Siendo la catedral la expresión más majestuosa de la sociedad medieval, y conteniendo en sí...todas las llamadas bellas artes, penetremos ante todo en el significado espiritual y cultural que tuvo...

     


   Cuando se observa con atención las catedrales de París, de Burgos, de Siena o de Colonia, impresiona advertir la familiaridad que entonces existía entre el pueblo y su iglesia...
     Por otra parte, las catedrales, sobre todo las góticas...habían sido concebidas para ser vistas en perspectiva vertical...se erguía por encima del recinto ceñido por las murallas, con sus torres puntiagudas que apuntaban al cielo...
     La ciudad encontraba su realización acabada en ese himno de piedra a la gloria de DIOS. La catedral era el centro topográfico y espiritual de la ciudad. Hacia ella convergían todos los caminos. Todas las aspiraciones del hombre medieval confluían en ella  y en ella se verticalizaban.
     Nada escapaba al influjo de esas catedrales. Casa de DIOS, ante todo, era al mismo tiempo escuela, teatro, y lugar de reunión para los asuntos comunales de cierta importancia...En su interior se celebraba el Santo Sacrificio de la Misa, se administraba el bautismo, se concertaba el matrimonio y se realizaban los funerales. Es decir desde la infancia hasta la muerte constituía el lugar de paso obligado.
 

     Y lo que la catedral era en la ciudad, lo era también y aún de manera más intensa, la iglesia de los pueblos de campo, en las aldeas. Las iglesias rurales enseñoreaban el espacio agrario no sólo por su prestancia arquitectónica sino también mediante el sonido de sus campanas: el toque del Angelus, a la mañana, el mediodía y el atardecer, señalaban las horas de trabajo y de descanso...La campana anunciaba los días de fiesta...El entero acontecer cotidiano del pueblo se podía seguir a su voz...


          Las mismas formas revestidas de belleza que ofrecían a la gente culta la enseñanza espiritual más sublime, llegaban al corazón de los fieles más sencillos hablándoles de la fe y excitando su esperanza...


Al mismo tiempo que casas de oración, las iglesias del Medioevo fueron catedrales del arte. El mobiliario litúrgico estaba primorosamente trabajado, desde los sitiales del coro hasta el altar...

     

     La arquitectura de la Edad Media era polícroma. El color animaba a la catedral entera. La animaba en el interior, ante todo, donde la luz que entraba por los vitrales jugaba sobre los diversos tonos de la paleta, llenando de alegría los grandes espacios e incluso las estatuas y bajorrelieves que ornaban las diversas naves y que estaban generalmente pintados...
     Es que el hombre medieval amaba los colores..."



ALFREDO SÁENZ, La Cristiandad y su cosmovisión
 

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