LA REINA DEL PILAR

 Junto con la devoción al Corazón Regio de Jesús, el tradicionalista se fortalecerá en el amor tierno a la Madre y Reina. 

 “Con la toma de Granada el 2 de enero de 1492 pareció como si España respirase a pulmón lleno. Libre de moros la península (...) 
 El 2 de enero (...) señala el comienzo del gran Imperio colonial (...) El calendario español trae para ese día la primera de las fiestas anuales de Nuestra Señora del Pilar. En otra festividad de ese año, el 12 de octubre, al grito de ¡tierra! un Mundo Nuevo se abría con el alba del otro lado del mar.” (Bruno, Cayetano. La Virgen Generala, pp.16-17) 

 “Salud a Zaragoza, ciudad invicta, epopeya viviente, ciudad privilegiada, que vive a la sombra de su Virgen del Pilar, cuya devoción hace dichosos a sus habitantes, que al sueño y descanso de la noche se entregan entre rumores del Rosario, mezclados con el murmullo del Ebro, y se despiertan antes que el día para entonar angélicas alabanzas en la Misa de Infantes; Zaragoza es (...) cuna de héroes y de santos (....)”. (De Arnells, Roman. La venida de la Virgen y glorias del Pilar. Talleres editoriales El Noticiero. Zaragoza. 1963, p. 7) 

 A continuación, el autor nos describe las glorias de la ciudad de la Virgen: 

 “Salud a Zaragoza, ciudad invicta, epopeya viviente, ciudad privilegiada que vive a la sombra de su Virgen del Pilar, cuyo origen se pierde en la más remota antigüedad, surgió espontánemante, formándose un núcleo de moradores, atraídos por la belleza del paraje y la fertilidad de su suelo (...) 
 Pasando por distintas etapas y nombres, en sucesivas transformaciones, llegó la época del emperador romano César Augusto, el cual fundó la gran ciudad cesarugustana, admirado por la bellísima situación que la favorecía; se hizo la fundación con todos los honores y grandes solemnidades. (...) 
 (...) Parecía Zaragoza (...) providencialmente dispuesta para ser punto de partida de la expansión del Cristianismo por la Península Ibérica. (...) No hay persona que resida habitual o accidentalmente en Zaragoza, que no haya oído pronunciar el nombre de la Santísima Virgen del Pilar y que ignore que en la ciudad hay un magnífico Templo donde esa santa imagen se venera. Están tan íntimamente unidos estos dos nombres, Zaragoza y el Pilar, que es imposible conocer el uno y desconocer el otro. Parece que el alma de esta ciudad y centro de su vida se encuentran en el Templo del Pilar (...) 
 Solar de héroes, cuna de sabios y teólogos, plantel de mártires, ciudad de santos: Zaragoza será siempre en España, la centinela avanzada de la fe, inquebrantable guardadora del Santo Pilar y su bella imagen.” (De Arnells, Roman. La venida de la Virgen y glorias del Pilar. Talleres editoriales El Noticiero. Zaragoza. 1963, pp. 7-10)

Comentarios

  1. Buenas tardes. Me interesaría recibir las publicaciones de "Historia y Tradición". ¿Cómo puedo hacer para suscribirme? Muchísimas gracias. Un saludo

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