EL APÓSTOL DE LOS IRLANDESES EN ARGENTINA: ANTHONY FAHY

El padre Anthony Fahy vino a la Argentina en 1843 como delegado del arzobispo de Dublín, Mr. Murray y como capellán de los irlandeses católicos residentes en ella.

La parroquia del padre Fahy no era un parroquia, era toda la colonia irlandesa y la de otras nacionalidades que le pidieron un consejo o una ayuda. Por esta causa era un hombre que vivía galopando de una estancia a la otra y de rancho en rancho, durmiendo en el suelo o sobre su recado, insensible a las fatigas, lo que le hacía un padre popular y querido entre pobres y ricos; usaba un chambergo de seda negra especial, lo que hacía que los viejos criollos le conocieran de lejos, como 'el padre inglés'...
Un hombre que se desempeñaba en esta forma tenía que gozar de una reputación excelente y como no había enfermo que no atendiese, su nombre y su fama se extendían por la ciudad y la campaña.
(Escribió una carta contra un artículo calumnioso contra el Restaurador Rosas en la prensa irlandesa). Dice así:
'Buenos Aires, noviembre 7 de 1849
Con no pocas sorpresa he leído un artículo en el Dublín Review, en el cual la política y actos de S.E. el gobernador y capitán general de la provincia de Buenos Aires, encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, brigadier don Juan Manuel de Rosas, han sido el tema de difamaciones y calumnias falsas de toda descripción. Este gran magistrado, que tanto se amplifica y tanto protege a todos los habitantes de este país, que ha restaurado el reino del orden y el esplendor de la religión católica, es expuesto en esta edición con la más grande injusticia al opinar de los hechos ocurridos en esta república.
Aunque usted haya desempeñado la honorable tarea de refutar, por medio de un estado de cosas verídicas, esta difamación odiosa, yo concibo, yo cumplo una obligación de conciencia y una gratitud a este país y su gobernador, diciendo mi opinión y ofreciendo mi testimonio de corroboración de sus ideas. En mi especial carácter de delegado del Rv. Dr. Murray, arzobispo de Dublín, para el cuidado de los católicos irlandeses en este país, no permiten dejar pasar en silencio esta diatriba, máxime habiendo tenido la satisfacción de escribir en anterior ocasión con buena impresión a Mr. O'Connel, M.P., llamándole la atención por las condiciones prósperas de los irlandeses aquí bajo la administración ilustrada y justa a S.E el general don Juan Manuel de Rosas...
Veo radicada en este país una gran y universal simpatía por S.E don Juan Manuel de Rosas; una simpatía compartida por todos los residentes extranjeros aquí, debida a una administración beneficiosa, protegiendo los derechos y propiedades de todos...
...No hubo desórdenes de ninguna índole, ni prisiones, ejecuciones o deportaciones por ofensas políticas hace más de seis años. Crímenes ordinarios hubieron pocos y los que hubo fueron castigados...
La religión católica es venerada y protegida por el Excmo. general Rosas, quien goza de la gloria de haberla restaurado a su primitivo esplendor...'
En 1848 (Fahy)...hacía venir a las las mercy sisters, estableciendo además del hospital, un asilo para familias y un hogar para señoritas irlandesas.
El viejo Bruno, como cariñosamente llamaba al almirante Brown, fue atendido en la hora de su muerte por el padre Fahy...
Continuó el padre Fahy su activa vida en ayuda de pobres y ricos, hasta el 20 de febrero de 1871 que falleció contagiado de la fiebre amarilla, que asolaba a Buenos Aires en esos días."
MANUEL BILBAO, "Tradiciones y recuerdos de Buenos Aires"



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