DE LA ANTIGÜEDAD AL MEDIOEVO

 Occidente se fundó sobre el legado cultural de la Antigüedad grecorromana. Grecia dejó plasmada su concepción del Orden que informa al mundo y al hombre en las obras de sus grandes poetas: Hesíodo y Homero, quienes supieron recoger la tradición oral y poner por escrito gran parte de los mitos que determinaban la vida cultural de la Grecia primitiva. El ideal humano y social que regía a aquellos pueblos hay que buscarlos, pues, en su creencias.

    “La educación es una función tan natural y universal de la comunidad humana, que por su misma evidencia tarda mucho tiempo en llegar a la plena conciencia de aquellos que la reciben y la practican. Así, su primer rastro en la tradición literaria es relativamente tardío. Su contenido es en todos los pueblos aproximadamente el mismo y es, al mismo tiempo, moral y práctico. Tal fue también entre los griegos. Reviste en parte la forma de mandamientos, tales como: honra a los dioses, honra a tu padre y a tu madre, respeta a los extranjeros; en parte, consiste en una serie de preceptos sobre la moralidad externa y en reglas de prudencia para la vida, trasmitidas oralmente a través de los siglos…

     El tema esencial de la historia de la educación griega es más bien el concepto de areté, que se remonta a los tiempos más antiguos. El castellano actual no ofrece un equivalente exacto de la palabra. La palabra ‘virtud’ en su acepción no atenuada por el uso puramente moral, como expresión del más alto ideal caballeresco unido a una conducta cortesana y selecta y el heroísmo guerrero, expresaría acaso el sentido de la palabra griega. Este hecho nos indica de un modo suficiente dónde hay que buscar su origen. Su raíz se halla en las concepciones fundamentales de la nobleza caballeresca. En el concepto de la arete se concentra el ideal educador de este periodo en su forma más pura. El más antiguo testimonio de la antigua cultura aristocrática helénica es Homero, si designamos con este nombre las dos grandes epopeyas: la Ilíada y la Odisea. Es para nosotros, al mismo tiempo, la fuente histórica de la vida de aquel tiempo y la expresión poética permanente de sus ideales.” ( WERNER JAEGER. Paideia: los ideales de la cultura griega. Fondo de Cultura Económica. México. Decimoquinta reimpresión, 2001, pp. 22-24.)


     “La comparación de las creencias y de las leyes muestra que una religión primitiva ha constituido la familia griega y romana, ha establecido el matrimonio y la autoridad paterna, ha determinado los rangos del parentesco, ha consagrado el derecho de propiedad y el derecho de herencia. Esta misma religión, luego de ampliar y extender la familia, ha formado una asociación mayor, la ciudad, y ha reinado en ella como en la familia. De ella han procedido todas las instituciones y todo el derecho privado de los antiguos. De ella ha recibido la ciudad sus principios, sus reglas, sus costumbres, sus magistraturas. Pero esas viejas creencias se han modificado o borrado con el tiempo, y el derecho privado y las instituciones políticas se han modificado con ellas. Entonces se llevó a cabo la serie de revoluciones, y las transformaciones sociales siguieron regularmente a las transformaciones de la inteligencia. Hay, pues, que estudiar ante todo las creencias de esos pueblos.” (FUSTEL DE COULANGES. La ciudad antigua. Estudio sobre el culto, el derecho y las instituciones de Grecia y Roma. Editorial Porrúa. Decimotercera edición. México. 2003, p. 5)


     Dioses y héroes son lo primero que encontramos, por tanto, cuando indagamos en la concepción de estas comunidades. Y un ideal arquetípico de lo que debe ser el hombre, tanto en su vida individual como social. Los mitos que dieron vida a aquellas comunidades fueron sometidos luego al análisis de la razón. Y así nació la filosofía. Los grandes pensadores de la Grecia clásica -Sócrates, Platón y Aristóteles- nos dejaron una riqueza sapiencial de alcance universal sobre la metafísica, la ética y la política. Y señalaron con lucidez que los trascendentales del Ser -Verdad, Bien y Belleza- son el foco luminoso que debe orientar la edificación de una recta vida humana, tanto personal como comunitaria.



     Los griegos legaron un bagaje cultural de sabiduría expresado no sólo en sus manifestaciones intelectuales sino también artísticas. Aquellas realizaciones han servido de modelo para tantas generaciones posteriores de Occidente.


     Roma, por su parte, supo dar solidez arquitectónica al Orden político que regía aquel gran Imperio bañado por las aguas del Mediterráneo. El Derecho que regía la vida de la urbe y del orbe romanos ha sido la base de la organización jurídica del Occidente posterior.


     “La universalidad del Derecho Romano sólo podía lograr su objetividad formal en el Imperio; esto es, con el poder político extendido sobre los más remotos confines y su asimilación de las más diversas gentes. La hazaña imperecedera de Roma ha sido, justamente, esa fuerza unificadora, ordenadora y pacificadora de su Civitas, bajo la estabilidad del Derecho, esto es, la tranquilidad en el orden jurídico Así como la razón teórica (filosófica) se perfecciona en el concepto o definición, la razón práctica se perfecciona en el derecho o ley justa El derecho primitivo de Roma, fijado en las Doce Tablas, se fue atemperando paulatinamente con el contacto de los pueblos conquistados y, sobre todo, cuando empezó a gravitar la influencia helénica a través de sus filósofos y poetas. El rigorismo extremado y el inexorable formulismo tuvieron que ceder a las exigencias de la razón y de la justicia. El poder paterno y su autoridad sobre la esposa y los hijos dejaron de ser absolutos. El vínculo de sangre (cognatio) fue adquiriendo fuerza y reconocimiento jurídico. El derecho de propiedad y detestar se hicieron cada vez menos arbitrarios y exclusivistas: la esposa y los hijos comenzaron a participar en la posesión de los bienes y en las sucesiones. Se ampliaron las relaciones contractuales. La intervención progresiva de la jurisprudencia y de los peritos en Derecho fue perfeccionando el trámite de los juicios y haciendo más equitativa la justicia.” (JORDÁN BRUNO GENTA. Guerra Contrarrevolucionaria)


     Otro legado romano fundamental para el desarrollo de la civilización occidental fue la bella y precisa lengua latina, que sirvió de vehículo del saber durante la Edad Media, y de la que nacieron las lenguas romances propias de las naciones del oeste de Europa.


El cristianismo sobreelevó aquella rica herencia cultural del plano natural al Orden de la Gracia. Los Santos Padres jugaron, en esta labor de evangelización de la cultura un rol fundamental. Luego de ellos, las órdenes monásticas. Y así se fue gestando la riquísima civilización medieval. El Padre Alfredo Sáenz en su obra La Cristiandad y su cosmovisión nos señala  algunas de las características principales de aquélla: 


1- CENTRALIDAD DE LA FE: La sociedad medieval...constituyó un logrado  esfuerzo por integrar todas las clases de la sociedad en la unidad de una sola  fe...El lenguaje común de la fe...estaba en el origen de la ciencia, el arte, e la  música y de la poesía. Desde el sacramento del matrimonio hasta la consagración  del Emperador, la vida social estaba impregnada del espíritu religioso.  

2- PREDOMINIO DEL SÍMBOLO: ...Guardini ha dejado escrito: ‘El hombre  medieval ve signos por doquier...Las formas se significan a sí mismas, pero por  encima de sí indican algo diverso...Por eso toda forma se convierte en símbolo y  dirige sus miradas hacia lo que las supera...Estos símbolos se encuentran por  todas partes: en el culto y en el arte, en las costumbres populares y en la vida  social...’ 

3- SOCIEDAD ARQUITECTÓNICA: La respublica christiana de la Edad Media  era un cuerpo de comunidades que, partiendo de la familia, pasaba por las  corporaciones de oficios, defendidas amabas por los caballeros de espada, y  culminaba en la monarquía, reflejo de la monarquía divina...la clave que explica esta visión arquitectónica, tan propia del Medioevo, es la creencia de que el  mundo es un cosmos, un todo arreglado conforme a un plan...” (Ediciones Gladius.  Buenos Aires. 1992, pp. 28-36). 


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