Se llama Padres de la Iglesia a aquellos escritores que profundizaron y difundieron el contenido de la fe cristiana durante los primeros siglos de la difusión de dicha religión a lo largo de las riberas del mar Mediterráneo, en el contexto cultural greco-romano.
Pronto se manifestaron diferencias y matices entre estos escritores. El siguiente texto nos presenta algunos de éstos:
"Se percibe cierta diferencia teológica entre el Occidente y el Oriente. Por razones históricas, Roma y las Iglesias estrechamente unidas a ella (Galia, España, África del Norte) se desarrollan con relativa independencia respecto de las Iglesias de Oriente. Esto se refleja en las distintas profesiones de fe, en las celebraciones litúrgicas y en la actitud doctrinal.
Los teólogos orientales se muestran más audaces e inclinados a la especulación; en cambio, los latinos se dedican más a la exposición de la Regla de la Fe. Éstos reflejan cierta hostilidad hacia la filosofía y limitan la teología a una simple presentación de las doctrinas contenidas en la Sagrada Escritura. Están de acuerdo con que los "simples fieles" se contenten con la Regla de la Fe. Se establece así una distinción entre la razón y la fe, en el sentido de una indiscutible superioridad de ésta sobre aquélla. Surge, en consecuencia, cierto personalismo, al acentuar la autoridad personal en lo referente a la transmisión de la enseñanza de la doctrina cristiana.
Los orientales acentúan más el aspecto mistérico, buscando, a partir de la Escritura y de la Tradición, el sentido profundo del misterio de Dios, de su universo y de su designio de salvación. Este sentido deberá conducir normalmente a la contemplación y al éxtasis. De acuerdo con esto, los orientales establecen entre los cristianos una diferencia entre los 'simples creyentes', con tendencia a despreciarlos, y los 'espirituales'." (LUIS GLINKA, "Volver a las fuentes")
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