“La Edad Media fue una de las épocas en que el arte resplandeció con mayor fulgor. Y conste que al afirmar esto no pensamos tan sólo en los artistas en sentido estricto. La sociedad, en su conjunto, vivió en un ambiente de belleza. Como afirma Huizinga, la estética de la existencia se mostraba en el aspecto cotidiano de la ciudad y del campo. Ya el mismo modo de vestir, con tanta diversidad de telas, colores, gorras y caperuzas, confería a los distintos estamentos de la sociedad un marco externo de hermosura y dignidad, que permitía percibir tanto las diferentes dignidades como las delicadas relaciones entre los amigos y los enamorados. la estética de las emociones no se restringía a las alegrías y dolores del nacimiento, el matrimonio y la muerte…Todo lo que se refería al valor, el honor y el amor, era considerado a través de formas bellas y estilizadas…
Siendo la catedral la expresión más majestuosa de la sociedad medieval, y conteniendo en sí… todas las llamadas bellas artes, penetremos ante todo en el significado espiritual y cultural que tuvo en aquella época…
… las catedrales… habían sido concebidas para ser vistas en perspectiva vertical. La mole componente de la iglesia madre dominaba la plaza de armas y se erguía por encima del recinto ceñido por las murallas…
… La ciudad encontraba su realización acabada en ese himno de piedra a la gloria de Dios. La catedral era el centro topográfico y espiritual de la ciudad. Hacia ella convergían todos los caminos. Todas las aspiraciones del hombre medieval confluían en ella y en ella se verticalizaban.
Nada escapaba al influjo de las catedrales… En su interior se celebraba el Santo Sacrificio de la Misa, se administraba el bautismo, se concertaba el matrimonio y se realizaban los funerales. Es decir que desde la infancia hasta la muerte constituía el lugar de paso obligado.
Y lo que la catedral era en la ciudad, lo era también, y aún de manera más intensa, la iglesia en los pueblos de campo, en las aldeas. Las iglesias rurales enseñoreaban el espacio agrario no sólo por su prestancia arquitectónica sino también mediante el sonido de sus campanas…
Al mismo tiempo que casas de oración, las iglesias del Medioevo fueron catedrales del arte. El mobiliario litúrgico estaba primorosamente trabajado, desde los sitiales del coro hasta el altar…
Dice Daniel Rops que varias formas artísticas debieron su vida a la catedral, al deseo unánime de la época de poner la belleza al servicio de Dios. Así, por ejemplo, ese extraño arte que procede de la pintura, la orfebrería y el vitral, el de los esmaltistas, que… alcanzó en la Edad Media una gran importancia… Igualmente el arte de la tapicería; en ocasión de las principales solemnidades, se aprovechaban las columnatas que dividían la nave central de las laterales, para colgar enormes tapices alusivos a la fiesta que se conmemoraba… También la música puso su parte, creando un clima espiritual, sea a través del canto gregoriano, que se había ido perfeccionando desde el siglo VII hasta entonces, como el canto polifónico, que hizo su aparición en Cluny…
Más allá del influjo que sobre el artista ejercieron la Sagrada Escritura y la naturaleza, ‘los dos vestidos de la Divinidad’, como se decía por aquel entonces, es posible señalar diversas vertientes que confluyeron en la concepción estética del Medioevo. La primera influencia que se puede detectar es la de la cultura clásica, que a través del cristianismo primitivo llegó hasta la Edad Media. Porque los primeros cristianos, apenas se vieron libres de las persecuciones… adoptaron para sus iglesias las estructuras edilicias de la basílica romana que era un lugar de reunión para la administración de la justicia… De manera análoga, eligieron para los baptisterios la forma redonda o poligonal empleada en los ninfeos o en las termas romanas… En lo que toca a los pisos se recurrió enseguida al mosaico, que era una costumbre casi exclusivamente romana…
Otra vertiente fue la que provenía del arte bizantino…" (ALFREDO SÁENZ. La Cristiandad y su cosmovisión)
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