EL CARDENAL PIE, UN HOMBRE LITÚRGICO

    El Cardenal Pie, incansable luchador por el Reinado de CRISTO en la vida pública, fue un hombre que alimentó su ardor apostólico y combativo en la Divina Liturgia:

     "El religioso es un apasionado del 'opus Dei'. La obra de DIOS ha de se su propia obra. Por eso es tarea suya devorar la liturgia, asimilarla, apropiársela. 'El año litúrgico -dice Pie- es el eco permanente y prolongado del divino concierto que la esposa celebra en este mundo en alabanza del Esposo...En el cielo, el festín de las bodas eternas; en la tierra, la Iglesia que se une de lejos a esa parte de sí misma que está ya en la gloria'.

    No es inteligible un religioso, que dice haberse dado a DIOS, si no vive de la liturgia, haciendo de ella la expresión suprema de una vida que sólo quiere ser llama de alabanza a DIOS, así como el núcleo incandescente de una vigorosa y sólida espiritualidad." (ALFREDO SÁENZ, El Cardenal Pie. Lucidez y coraje al servicio de la Verdad. Gladius. Buenos Aires. 2007. p. 143)


   Si el templo es el ámbito sagrado en el que se desarrolla la liturgia, el altar constituye su centro, su parte más noble:

    "El altar es el centro del universo. Pie lo señala remitiendo a aquella plegaria del salterio a que alud el ritual litúrgico: 'SEÑOR, que toda la tierra te adore y cante un himno a tu Nombre' (Ps. 120, 8). El altar es como la quintaesencia de la tierra, por lo que 'una sola piedra eucarística tiene más precio que el globo entero'. La adoración y la alabanza que DIOS recibe en el templo se propagan desde el altar hasta las extremidades del universo. Es el altar un lugar de irradiación apostólica, cósmica, católica'." (Ibídem, p. 228)



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